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LOS TÚNELES DE ARNOTEGI Y SEBERETXE CONTARÁN TAMBIÉN CON CÁMARAS TÉRMICAS Y 4.000 LAMPARAS LED

La conexión entre la autopista AP-68 y el nuevo tramo de la Supersur, en construcción actualmente, tendrá un peaje sin barreras que permitirá a los vehículos que usen ambas vías de pago continuar su viaje sin atravesar barreras de peaje, ni reducir la velocidad.

El denominado peaje free-flow es una de las iniciativas innovadoras que se incluye en el contrato de superestructura del segundo tramo de la Variante Sur Metropolitana que ha sido presentado esta mañana por el diputado foral de Infraestructuras y Desarrollo Territorial, Imanol Pradales. Una licitación que costará un máximo de 36 millones de euros y que incorpora nuevas tecnologías como la implantación de cámaras térmicas que permiten ver lo que ocurre incluso cuando se produce humo dentro de los túneles o la instalación de casi 4.000 luminarias led que permitirán incluso ahorrar energía regulando su intensidad en función del tráfico existente.

Pradales puso en valor todas estas «instalaciones tecnológicas de última generación» y detalló cómo funcionará el primer peaje controlado que se instalará en Bizkaia (en Gipuzkoa ya opera uno idéntico). Esta forma de pago consistirá en la instalación de una serie de arcos con cámaras especiales en la zona de Venta Alta, donde se conectará este tramo de la Supersur con la AP-68, las cuales serán capaces de registrar el paso de cada vehículo identificando su matrícula y dimensiones.

El cobro del uso de la autopista se efectuará por Via-T a aquellos conductores que dispongan de esta forma de pago automática y para los que abonen en efectivo o con tarjeta lo realizarán en las cabinas de peaje de salida en dirección hacia Santurtzi. En sentido hacia Gasteiz, «firmaremos un acuerdo con la concesionaria de la AP-68 para su cobró allá donde abandonen la autopista». Otros tres pórticos con cámaras registradoras en Trapagaran, el corredor del Kadagua y Larraskitu, permitirán identificar a estos vehículos cuando entren en la Supersur y circulen en dirección a la meseta.

VISIÓN EN LAS PEORES CONDICIONES

Un tráfico que, además, estará constantemente controlado por 102 cámaras fijas y móviles, como en el resto de túneles de la red viaria vizcaina, pero que en esta ocasión incorporan además 29 dispositivos térmicos. Estas cámaras supondrán que el centro de control de la autopista pueda conocer en todo momento lo qué ocurre en las galerías incluso cuando haya un accidente y se genere humo en el túnel ya que detectan el calor que generan los cuerpos y objetos.

La iluminación con paneles leds es otra de las novedades. El nuevo tramo, tanto en túnel como a cielo abierto, contará con 2.554 luminarias led, que permiten, por ejemplo, un reencendido instantáneo y, con su amplio rango de regulación, adecuar automáticamente la iluminación de los túneles a las condiciones del tráfico, meteorológicas o de luminancia exterior que existan.

Pradales ha dado especial importancia a las luminarias que acogerá el viaducto de Bolintxu ya que «serán especiales y se colocarán a baja altura, para evitar la contaminación lumínica y minimizar el impacto sobre el medio ambiente».

El diputado de Infraestructuras ha indicado a DEIA que «las obras siguen adelante sin ningún imprevisto, la pandemia no ha afectado a las obras», y aseguro que tras concluir tres de los cuatro túneles «en el plazo de dos meses se finalizará de calar la última galería». Con estos avances especificó que tal y como estaba planificado, este tramo de la Supersur «entrará en servicio en 2023».

Fuente: https://www.deia.eus/bizkaia/2020/12/14/nuevo-tramo-supersur-tendra-peaje/1085535.html

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